Se dice pronto,
cuatro años ya. Tantos amigos, personas, lugares, trabajos, y sobretodo emociones.
La gran mayoría buenas, pero también malas. Y aun así no me he arrepentido en
todos estos cuatro años ni una sola vez de haberme ido a Sevilla a estudiar.
Primero el Grado superior de Edificación y este año la carrera de Arquitectura.
Una sola decisión. Y todo lo que ha desencadenado.
He conocido
monumentos, fiestas, tradiciones, platos típicos, he adquirido nuevos
conocimientos y aptitudes, he tenido que desempeñar diferentes funciones en
estos 4 años y aprender a sobrevivir sin ‘mama’. He hecho cosas que antes ni
imaginaba como se hacían. He salido, vivido, gritado y he hecho todo cuanto he
querido y podido. Pero por encima de todas esas cosas he conocido grandes
personas. Muchas personas que una a una me han ido aportando su granito de
arena.
Ayer cuando
pasaba mi última noche en Sevilla me puse a pensar en todas las personas que
esta ciudad me ha hecho conocer y realmente son muchas. Algunas pasaron de
largo pero otras están dispuestas a quedarse por aquí por mucho tiempo. Grandes
amigos a los que tengo que agradecer que estos 4 años hayan sido tan buenos,
realmente muy buenos.
También han
tenido algo que ver aquellos que ya conocía de antes como Sandra, Eme o
Cristina, incluso Sevilla me ha ayudado a conocerles mejor gente que antes solo
eran conocidos se convirtieron en grandes amigos, como olvidar a Víctor y más
gente de los scouts.
Pero creo que
este es el momento de rendir homenaje a esa persona que hace 4 años no conocía de
nada y ahora se ha convertido en un pilar en mi vida, mi gran amiga Mariki. Es
curioso, pero cuando llegue a Sevilla fue la primera persona que conocí, la
primera con la que hable en clase. Quien nos diría entonces todo lo que íbamos a
vivir juntos. Pero claro no puedo hablar de Mariki sin mencionar a todos los
que en el Politécnico o en su defecto en los Remedios he conocido, Salva,
Borja, Josué, Anai, Sonia, Fernando, Agustín, Isaac, Sali y es curioso porque
conoces a una persona en clase y esa persona te presenta a sus compañeros de
piso, o tu compañero te presenta a sus amigos o incluso más curioso tu
compañero es de fuera y te invita a ir a su ciudad y conocer todos sus amigos. Así
poco a poco el circulo va creciendo y creciendo y de una pequeña decisión como
irse a estudiar tan solo a 100Km acabas viviendo toda una vida rodeada de gente
con gran corazón y que como ya he dicho, algunos por cosas buenas y a veces
otros por malas, pero igualmente uno a uno te va dejando su granito de arena en
el corazón.
Y entonces
terminas unos estudios, cierras una etapa de tu vida. Pero te das cuenta que
ahora tu ciudad es esa. Que ahora vives ahí y claro, no te quieres ir.
Decides seguir estudiando y vuelve la rueda a empezar. Primer día de clase sin conocer
a gente y un año después hay personas con las que sin duda me iría al fin del
mundo. Conoces gente en la clase y a tus nuevos compañeros y estos te presentan
amigos, a sus parejas, y el círculo no deja de crecer. Sí que es verdad que los
tiempos cambian y hay quienes se alejan sin hacer ruido, pero no importa.
Simplemente su camino fue por otro lado. Lo importante es que su granito ya se quedó
guardado. Y seguro que de cada uno que he conocido puedo decir que algo he
aprendido. Reyes, Janira, Mari, Enrique, Omar, Andrés, Machuca, Jorge, Álvaro y
Aimara, con la que el año que viene me voy (no al fin del mundo, pero si a
1750km. Ya no son 100).
Mil nombres que no he puesto pero que sabed que os tengo en
mente. Cierro los ojos y solo tengo que dejarme llevar. 4 Años dan para mucho.
Por todo ello gracias de corazón.
Gracias siempre a ti. Eres una gran persona y mas aun seras despues de esta nueva aventura. Gracias por mi ultimo año compartiendo piso, creo que no pudo haber un cierre mejor que viviendo con dos amigos.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor. Te echare de menos, Sandra.