"El pozo y el péndulo" es uno de los relatos
con más renombre del célebre escritor
Edgar Allan Poe, conocido como uno de los maestros del relato corto y recordado
especialmente por sus cuentos de terror.
En esta obra maestra de terror psicológico Poe alcanza un suspense inigualable, su exquisita forma de narrar la obra con un dominio del lenguaje digno de admirar, combinada con el detalle de los hechos y lo espantoso de la situación, consiguen crear una atmósfera de suspense y horror en todo su esplendor.
Un relato que parece ser predecible y que aún
así puede llegar a sorprender. “El Pozo y el Péndulo” es una de las
bases de la literatura de terror, una que debemos leer si nos gusta el género o
la literatura en general, Poe es un genio y lo deja implantado en
otra de sus tantas obras.
En ella, nos narra en primera persona el dolor, sufrimiento, desesperación, ansiedad, abandono y angustia del protagonista, quien se ve encerrado en un calabozo de tortura de la Inquisición Española. En éste calabozo a nuestro protagonista no le espera más que la muerte, está sentenciado por un acto que nunca se describe, pero sabemos cuál es la consecuencia.
Oscuridad, ratas, hambre, sed, un pozo y un péndulo… ¿lanzarse al pozo y
morir rápidamente en su profundidad? ¿Intentar sobrevivir aun sabiendo que con
ello solo conseguirá alargar unos minutos de su vida? ¿Esperar a que descienda
el péndulo con sus movimientos y sonidos particulares? Sabe que las trampas de
los inquisidores están diseñadas para hacerle sufrir, y que en poco tiempo
acabará sucumbiendo ante una de ellas. Y es ese sentimiento de angustia y
desesperación el que acompaña constantemente al protagonista, el
sentimiento que nos intenta (con éxito en mi caso) contagiar Poe a nosotros.
En mi opinión, el detallismo en la descripción del espacio de tortura
constituye uno de los puntos más imponentes del relato; el intento fallido del prisionero de
reconocer el espacio sin poder emplear la vista, y como su ignorancia pudo
causarle la muerte de no ser por su oportuno tropiezo, los maquiavélicos
dibujos en las paredes del pozo, el lento descenso del péndulo, y sobre todo, poder
intuir que te observan, pero no poder saber cuándo.
Teniendo en cuenta
brevedad del relato, es sorprendente la cantidad de temas sobre los que
reflexiona o te incita a reflexionar; el
individuo ante el poder, el individuo ante el poder religioso, la libertad
tanto física como de pensamiento, el anonimato del verdugo, la táctica
desesperada, la opresión física y psicológica, la maldad humana…
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