lunes, 1 de diciembre de 2014

Edgar Allan Poe

"El pozo y el péndulo" es uno de los relatos con más renombre del  célebre escritor Edgar Allan Poe, conocido como uno de los maestros del relato corto y recordado especialmente por sus cuentos de terror.



En esta obra maestra de terror psicológico Poe alcanza un suspense inigualable, su exquisita forma de narrar la obra con un dominio del lenguaje digno de admirar, combinada con el detalle de los hechos y lo espantoso de la situación, consiguen  crear una atmósfera  de suspense y horror en todo su esplendor.
 Un relato que parece ser predecible y que aún así puede llegar a sorprender.  “El Pozo y el Péndulo” es una de las bases de la literatura de terror, una que debemos leer si nos gusta el género o la literatura en general, Poe es un genio y lo deja implantado en otra de sus tantas obras.


En ella, nos narra en primera persona el dolor, sufrimiento, desesperación, ansiedad, abandono y angustia  del protagonista, quien se ve encerrado en un calabozo de tortura de la Inquisición Española. En éste calabozo a nuestro protagonista no le espera más que la muerte, está sentenciado por un acto que nunca se describe, pero sabemos cuál es la consecuencia.

Oscuridad, ratas, hambre, sed, un pozo y un péndulo… ¿lanzarse al pozo y morir rápidamente en su profundidad? ¿Intentar sobrevivir aun sabiendo que con ello solo conseguirá alargar unos minutos de su vida? ¿Esperar a que descienda el péndulo con sus movimientos y sonidos particulares? Sabe que las trampas de los inquisidores están diseñadas para hacerle sufrir, y que en poco tiempo acabará sucumbiendo ante una de ellas. Y es ese sentimiento de angustia y desesperación el que acompaña constantemente al protagonista, el sentimiento que nos intenta (con éxito en mi caso) contagiar Poe a nosotros.
En mi opinión, el detallismo en la descripción del espacio de tortura constituye uno de los puntos más imponentes del relato;  el intento fallido del prisionero de reconocer el espacio sin poder emplear la vista, y como su ignorancia pudo causarle la muerte de no ser por su oportuno tropiezo, los maquiavélicos dibujos en las paredes del pozo, el lento descenso del péndulo, y sobre todo, poder intuir que te observan, pero no poder saber cuándo.
Teniendo en cuenta brevedad del relato, es sorprendente la cantidad de temas sobre los que reflexiona o te incita a reflexionar;  el individuo ante el poder, el individuo ante el poder religioso, la libertad tanto física como de pensamiento, el anonimato del verdugo, la táctica desesperada, la opresión física y psicológica,  la maldad humana…

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